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Recreación y Espacios Verdes

MANANTIALES

La hidrografía sanmiguelina tiene numerosos componentes. El principal es el río Tebicuary, cuyo nombre deriva de tyvykuary (tyvykua, fosas mortuorias, y ry, río; el río proveniente de los cementerios, sería una traducción aproximada) y algunos importantes arroyos como el San Roque, Ayesá, Ysypó, Paso Itá, Pañete Mbói y el Canguery, cuya denominación provendría del osario abandonado luego de una batalla que tuvo lugar en las cercanías de San Miguel, durante la revolución de 1912.

Existen numerosos arroyos alrededor de la ciudad y algunos con nacientes en el mismo casco urbano, o cercanos, como el Loboy. En la ciudad y en las periferias también existen varios manantiales – algunos ya secos–, pero otros, formando parte del paisaje sanmiguelino, con sus idílicos entornos, como los siguientes:

  • Ykua Ka’aguy

Ubicado al oeste de la ciudad, en la propiedad del señor Fredy Cardozo, tiene una dimensión de 3.50 m por 4.00 y 0,50 m de profundidad. Está rodeado de una tupida vegetación. Sus aguas son cristalinas.

  • Ykua Takuarembó

También ubicado al oeste de la ciudad, en la propiedad del señor José Silva. Tiene una dimensión de 3,00 por 5.00 y una profundidad de 0,50 m. sus aguas son turbias, debido a la tierra arcillosa de su base.

  • Ykua Pasito

Ubicado al norte de la ciudad a pocos metros de la Ruta 1 en el campo comunal. Es el manantial de menor dimensión registrada, pues tiene 0,60 por 1,20 y una profundidad de 0,20 m. Sus aguas son turbias, por la presencia de arcilla.

  • Ykua Lucero

Situado al este de la ciudad, en un paraje adquirido por la Municipalidad y rodeado de una idílica escena. Tiene una dimensión de 4,80 m por 3,00 y una profundidad de casi 3,00 m. Sus cristalinas aguas alimentan una alberca construida en su cercanía y el arroyito originado allí.

  • Ykuá Savá

Ubicado al sur de la ciudad en la propiedad del señor Ramón Inocencio Ayala. Las dimensiones de esta surgente son de 12,00 m por 5,50 y una profundidad de 0,90 m. Sus aguas son turbias. Según una leyenda que rodea al lugar, alguna vez una persona llamada Sebastián, de paso por la ciudad, siempre llega al manantial a saciar su sed y la de su montado. Un día, gente que pasaba por el lugar encontró el cadáver de esta persona y desde entonces se conoce como Ykua Savá.

  • Ykuá Cajón

Ubicado al sur de la ciudad, en la propiedad del señor Ricardo Villalba, con una dimensión de 3,50 m de largo, por 2,87 m de ancho y 1,46 m de profundidad. Según cuentan, su nombre se debe a que antiguamente tenía la forma de un cajón o ataúd. Sus aguas son cristalinas y muy bien cuidadas. En su fondo se notan rocas de cuarcita y es el origen de un humedal cercano.

  • Ykua Bogado

Ubicado al oeste de la ciudad. Este manantial se secó hace algún tiempo; al parecer por la construcción de un pozo artesiano en su cercanía. Su entorno está bastante deteriorado debido a la proximidad del Matadero municipal.

En las orillas de la ciudad, también, dentro del paisaje hidrográfico, están dos importantes tajamares o reservorios de agua, originados en manantiales: el tajamar “Molinas”, por su cercanía de la casa de una familia de ese apellido, próximo al solar de donde nació el poeta Guillermo Molinas Rolón.

El otro espejo de agua importante es el tajamar” Capilla”, llamado así por ser el principal del pueblo. Antiguamente, a los pueblos cabeceras se les llamaba capilla (de “cap”, cabeza; de allí se le decía “capillero”, a las personas oriundas de centros urbanos, al contrario de los que viven en el campo). Este tajamar está rodeado en parte por una hermosa arboleda, que invita a un plácido descanso bajo su acogedora sombra.

Fuente: LUIS VERÓN

LA CALIDEZ DEL COBIJO

Apuntes para una historia de San Miguel

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